jueves, 13 de septiembre de 2012

El candombe y rock del Palomar, la fórmula para el ritual

Hoy una banda que nos toca el cuore. Escuchamos por primera vez a Los Piojos en plena adolescencia y a partir de ese momento generaron un fanatismo que nos llevó a concurrir a varios de sus rituales inolvidables. Su llegada a la popularidad es bien conocida, fue con su álbum Tercer Arco que coronó a la banda nacida en El Palomar. Precisamente hoy hablaremos de la historia previa a ese momento consagratorio.


El conjunto original estaba formado por un grupo de amigos de barrio con “Micky” Rodriguez en bajo, “Piti” Fernández y Pablo Guerra en guitarra, Andrés Ciro en voz y armómica, Lisa Di Cione en teclados, Martín Staffolani en el saxo y Daniel Buira en batería. Las presentaciones en pubs de la zona oeste del Gran Buenos Aires identificaban a esa primera formación con sonidos influenciados por el rock rollinga fusionado con el tango y candombe rioplatense. En 1990 seguían tocando en lugares del under porteño con temas propios y covers de los Rolling Stones y Lou Reed. En ese mismo año  realizaron un concierto en el escenario Boa Vista con la participación especial de Skay Beilinson y su guitarra ricotera. Al año siguiente recibieron la invitación especial  para participar del Festival de Música Antirracista de Países del Tercer Mundo, con bandas del continente africano, Cuba, España y Francia. Allí nació su amistad con el gran Manu Chao, ya que su banda Mano Negra fue una de las revelaciones del encuentro. Luego de esta experiencia motivadora, Los Piojos sufrieron las bajas de Pablo Guerra y Lisa Di Cione. El violero Guerra se distanció de la agrupación y recaló en Los Caballeros de la Quema. Su lugar fue ocupado por Gustavo “Tavo” Kupinski proveniente de Los Sabuesos y seguidor del grupo de El Palomar porque su novia vivía en el barrio. A partir de allí, Ciro, Micky, Piti, Dani Buira y Tavo se focalizaban en editar su primer disco. El primer álbum llamado Chac Tu Chac fue grabado en los estudios Del Cielito Records y contenía el material que venían presentando en sus conciertos en vivo. Entre los temas más destacados mencionamos los lentos rockeros “A Veces” y el clásico “Tan Solo”; el tanguero “Yira Yira”; la cruda realidad del conurbano en “Los Mocosos”; y un ícono de los primeros seguidores: “Cruel”



Recital acústico realizado en 1994 en los estudios de MuchMusic

Durante 1993 y con su primer disco rodando realizaron una mini gira por Rosario, Mar del Plata y Bahía Blanca. Por aquel entonces el quinteto piojoso compartía una casa que les servía de sala de ensayo. Dicho hogar musical estaba ubicado en Ciudad Jardín que es un barrio de El Palomar. De esta manera en la famosa calle Libertad (de ahí el tema “Esquina Libertad”) pudieron crear sus siguientes discos: Ay Ay Ay y Tercer Arco.

Facultad de Ciencias Sociales en 1992

Alfredo Toth y Adrián Bilbao fueron los productores del segundo disco, durante un mes ensayaron los temas en el estudio y grabaron el material a finales de 1994. En esta etapa los escenarios fueron creciendo en cantidad de seguidores, comenzaban a aparecer las primeras banderas con los símbolos piojosos y la banda se consolidaba musicalmente. Para difundir el material grabaron su primer videoclip con el tema “Babilonia”. 

Videoclip de Babilonia en 1994

Presentación del disco Ay Ay Ay en Buenos Aires, tema Pistolas (1994)

El álbum incluyó grandes títulos como “Ay Ay Ay” que más tarde tendría una coreografía con las manos girando de todo el público cómplice; “Pistolas” con la violenta realidad en los suburbios a mediados de los 90; “Te Diría” uno de los temazos del disco; y los futuros clásicos “Ando Ganas” y “Muy Despacito”. Otros distinguidos principalmente por sus versiones en vivo serían “Angelito” y “Babilonia” cuyo título proviene de un lugar donde tocaban Los Piojos, en la calle Guardia Vieja del Abasto.




La Esquina Libertad comenzaba a dar sus frutos, “nueva revolución, nueva sangre, nueva mente, lo que se pierde, ya se perdió y no me seques la frente”. Muy despacito Los Piojos, esa banda de barrio, trasladaba toda la fuerza representada entre candombe y rock y sumaba adeptos. Todavía faltaba lo mejor, se asomaban los rituales. "Los jardines de calma feroz con un sol de infinita paciencia y los locos que cantan su canción y aplauden. Se acercan de a uno, de a dos y así se va formando la ronda. Andrés vení por favor, acompañáme un poquito, dice uno, sólo dame la mano. Muy despacito sobre el abismo, volaré..."


Muy Despacito acústico en Music 21 (1995)

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